jueves, 20 de febrero de 2014

CAPITULO 19

Segunda parte...

Y como el rey Ezechías lo oyó rasgó sus vestidos, y cubriose de saco, y entrose en la casa de Jehová. Y envió a Eliacim el mayordomo, y a Sebna escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de sacos a Isaías profeta hijo de Amos, Que le dijécen: Así ha dicho Ezechías: Este día es día angustia, y de reprensión, y de blasfemia; porque los hijos han venido hasta la rotura, y la que pare no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al Dios vivo, y a vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído: por tanto, eleva oración por las reliquias que aun se hallan. Vinieron pues los siervos del rey Ezechías a Isaías. E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volveráse a su tierra: y yo haré que en su tierra caiga a cuchillo. Y regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo a Libna; porque había oído que se había partido de Lachís, Y oyó decir de Thiraca rey de Ethiopía: He aquí es salido para hacerte guerra. Entonces volvió el, y envió embajadores a Ezechías, diciendo: Así diréis a Ezechías rey de Judá: No te empeñe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalem no será entregada en mano del rey de Asiria. He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y has tú de escapar? ¿Libráronlas los dioses de las gentes, que mis padres destruyeron, es a saber, Gozan, y Harán, y Reseph, y los hijos de Edén que estaban en Thalasar? ¿Donde está el rey de Hamath, el rey de Arphad, el rey de la ciudad de Sepharvaim, de Hema, y de Hiva? Y tomó Ezechías las tierras de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y extendiólas Ezechías delante de Jehová. Y oró Ezechías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que habitas entre los querubines, tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra: tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, o Jehová, tus ojos, y mira: y oye las palabras de Sennacherib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. Es verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han  destruido las gentes y sus tierras; Y que pusieron en el fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obras de mano de hombres, madera ó piedra, y así los destruyeron. Ahora pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te suplico, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que tú solo, Jehová, eres Dios. Entonces Isaías hjo de Amos envió a decir a Ezechías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me rogaste acerca de Sennachérid rey de Asiria, he oído. Esta es la palabra que Jehová ha hablado contra él: Hate menos preciado, hate escarnecido la virgen hija de Sion: ha movido su cabeza detrás de tí la hija de Jerusalem. ¿A quién has injuriado y a quien has blasfemado? ¿y contra quién has hablado alto, y has alzado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel. Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cuestas del Líbano; y cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; y entraré a la morada de su termino, al monte de su Carmel. Yo he cavado y bebido las aguas ajenas, y he secado con las plantas de mis pies todos los ríos del lugares bloqueados. Nunca has oído que mucho tiempo ha yo lo hice, y de días antiguos lo he formado? Y ahora lo he hecho venir, y fue para desolación de ciudades fuertes en montones de ruinas. Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y confusos, fueron cual hierba del campo, como legumbre verde, y hecho de los tejados, que antes que venga a madures es seco. Yo he subido tu asentarte, tu salir y tu entrar, y tu furor contra mí. Por cuanto te has airado contra mí, y tu estruendo ha subido a mis oídos, yo por tanto pondré mi anzuelo en tus narices, y mi bocado en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste. Y esto te será por señal Ezechías: Este año comerás lo que nacerá de suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo: y el tercer año haréis sementera, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas. Y lo que hubiere escapado, lo que habrá quedado de la casa de Judá, tornará a echar raíz abajo, y hará fruto arriba. Porque saldrán de Jerusalem reliquias, y los que escaparán, del monte de Sión: el celo de Jehova de los ejércitos hará esto. Por tanto, Jehová dice así del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte. Por el camino que vino de volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí, y por amos de David mi siervo. Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campo de los asirios ciento ochenta y cinco mil: y como 
se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos. Entonces Sennacheríd, rey de Asiria se partió, y se fue y torno a Nínive, donde se estuvo. Y aconteció que estando el adorando en el templo de Nisroch su dios, Adramelech y Saresar sus hijos lo hirieron a cuchillo; y huyéronse a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esarhdón su hijo.              
CAPITULO 20
En aquellos días cayó Esechías enfermo de muerte, y vino a él Isaías profeta hijo de Amos, y díjole: Jehová dice así: Dispón de tu casa, porque has de morir, y no vivirás. Entonces volvió él su rostro a la pared, y oró a Jehová, y dijo: Ruegote, oh Jehová, ruégote hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad e integro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezechías con gran lloro. y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, fue palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y dí a Ezechías, príncipe de mi pueblo; así dice Jehová, el Dios de David tu padre; yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a tí y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y amparare esta ciudad por amor de mí y por amor de David mi siervo. Y dijo Isaías: Timad masa de higos. Y tomando la, pusieron sobre la llaga, y sanó. Y Ezechías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Y respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? Y Ezechías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados: paro, que la sombra vuelva atrás diez grados. Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Achaz, diez grados atrás. 

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